Para explicar mejor este fenómeno psicológico que afecta evidentemente a todo ser humano. Es importante hacer referencia, que esto ocurre en muchos de los acontecimientos cotidianos o casuales, y sobre todo en los mas caóticos, conflictivos y de incertidumbre; o en los que se experimenta un estado de éxtasis; y los efectos que causan las hormonas neurotransmisoras, sexuales o de actividad motora o de reacción; como la adrenalina, dopamina, testosterona, estrógeno, etc. Donde el individuo se siente en desequilibrio emocional, llevándolo hacia un extremo o hacia el otro, afectando la interpretación, prolongación y descenso de cada sentimiento, emoción, estado anímico o el comportamiento en si.
También pueden cambiar nuestra conducta en el sentido de animo; otras sustancias, como el consumo o inhalación de drogas, bebidas alcohólicas o suplementos farmacéuticos. Por tanto, el conocimiento de nuestros sentimientos, emociones, comportamientos o conducta; nos tendrá por advertido de que manera podemos decaer en ciertas ocasiones, donde en cualquier momento no podamos controlarlos y colapsemos sobre nosotros mismos y no encontremos una salida adecuada a nuestro déficit emocional o conductual.
Debido a este desequilibrio tendemos a sentir ansiedad o flagelo psicológico. Que a veces podemos obviar o todo lo contrario, puede ser tan intenso que no sabemos como menguar la agudeza de tan inoportuna situación emocional o psicológica. Esto se puede contrastar con el ambiente al que estamos expuestos, dándonos calma o agonía. Esto puede crear conductas desenfrenadas y neuróticas, la aparición de manías u obsesiones, nerviosismo o sobre excitación (emoción), comportamiento impulsivo o flemático. Debido a estas reacciones en efecto de el desequilibrio psicológico-emocional, es meritísimo hacer una auto-evaluación de nuestro comportamiento, para conocer y determinar nuestra capacidad de reacción anímica-emocional y hacer eventos hipotéticos para determinar como estamos dispuestos afrontar, a tales situaciones.
|Mr. Yorsh|
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